Sacerdotes excomulgados tras nueva ley en Washington sobre confesiones
La nueva ley en Washington obliga a los sacerdotes a denunciar abusos, lo que pone en peligro el secreto de confesión y genera un conflicto con la Iglesia.
El arzobispo de Seattle, Paul Etienne, ha expresado que los sacerdotes excomulgados enfrentan una situación insostenible en relación con el sacramento de la confesión. | Ilustración
Una nueva ley en el estado de Washington ha provocado una fuerte controversia en el ámbito religioso y legal. Esta legislación, promulgada en 2025, exige que los sacerdotes informen a las autoridades sobre cualquier abuso infantil del que tengan conocimiento, incluso si dicha información se obtiene durante el sacramento de la confesión. Esta medida ha generado un conflicto directo con la Iglesia Católica, que sostiene que el secreto de confesión debe mantenerse inviolable, según las normas del derecho canónico.
El gobernador de Washington, Bob Ferguson, firmó esta ley con el objetivo de fortalecer la protección de los menores en el estado. Sin embargo, la Iglesia ha reaccionado enérgicamente, señalando que la medida violaría principios fundamentales de la religión. Robert Francis Prevost, en su calidad de líder en la Iglesia Católica, ha indicado que los sacerdotes que violen el secreto de confesión estarían sujetos a excomunión. La postura de la Iglesia resalta la dificultad de conciliar la ley con el respeto a la confidencialidad religiosa, un punto crítico en la doctrina católica.
Desafío legal y religioso: el choque entre la ley y el sacramento
La ley de Washington ha desatado un amplio debate sobre la relación entre la libertad religiosa y las normativas civiles. Si bien la Iglesia ha apoyado históricamente la denuncia de abusos, defiende que la confidencialidad en el sacramento de la confesión es esencial para la integridad del vínculo espiritual entre el fiel y Dios. La nueva normativa elimina una exención que previamente permitía a los sacerdotes mantener esta confidencialidad, lo que ha generado una presión significativa sobre los líderes religiosos.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha comenzado una investigación sobre la ley para evaluar si infringe la Primera Enmienda, que protege la libertad religiosa. A pesar de la defensa del gobernador Ferguson, quien asegura que la ley tiene como prioridad la protección de los niños, líderes católicos han subrayado que esta medida podría ser un precedente peligroso para otras leyes similares en todo el país.
Este conflicto entre la Iglesia Católica y el estado de Washington podría tener implicaciones mucho más amplias en el futuro de la relación entre el gobierno y las instituciones religiosas. La Iglesia ya ha señalado que no cederá en su posición sobre el secreto de confesión, lo que augura más tensiones entre las entidades civiles y religiosas.
