La historia del dólar “Flowing Hair” refleja cómo una pieza de 1794 se convirtió en el objeto más deseado de la numismática estadounidense.
Esta moneda fue vendida en solo cinco minutos durante una subasta en Nueva York. | Foto: Ilustración
En el universo de los coleccionistas, pocas piezas alcanzan el estatus de leyenda como la moneda de un dólar acuñada en 1794. Este ejemplar, conocido como dólar Flowing Hair, ha marcado un hito en la historia de la numismática de Estados Unidos. Su valor no radica únicamente en los materiales, sino en la historia que encierra: fue una de las primeras monedas acuñadas por la Casa de la Moneda del país, cuando apenas comenzaba a consolidarse como nación independiente.
Este dólar de plata presenta un retrato de Lady Liberty con el cabello suelto y, en el reverso, un águila, símbolos de libertad y fuerza. La pieza se subastó en 2013 por la cifra exacta de U$D10 016.875. Años más tarde, en 2022, volvió a cambiar de manos cuando el empresario Bruce Morelan la vendió por U$D12 millones a la firma GreatCollections, ubicada en California. Esta venta reafirmó su posición como la moneda más valiosa jamás vendida en el país.
Según el portal especializado US First Exchange, el precio de una moneda depende de tres factores esenciales: la rareza, el estado de conservación y la demanda del mercado. La Flowing Hair sobresale en estos tres aspectos. Stack’s Bowers, una de las casas de subastas más antiguas de Estados Unidos, destacó que los detalles del diseño, como los rizos de Liberty y las plumas del águila, se encuentran en un estado de conservación excepcional.
Lo que la convierte en un tesoro codiciado no es solo su antigüedad, sino el hecho de que representa el inicio de la historia monetaria formal de Estados Unidos. Su acuñación en 1794 simboliza un momento clave: la consolidación de una identidad nacional a través de su propio sistema económico. Para los coleccionistas, tener esta moneda equivale a poseer una pieza tangible de los primeros pasos del país.
Este fenómeno no solo impulsa la economía del coleccionismo, sino que también despierta el interés de expertos, museos y casas de subasta en todo el mundo. En un mercado en constante crecimiento, monedas como la Flowing Hair demuestran que hasta el más pequeño fragmento de metal puede valer millones cuando encierra una historia única.