El Papa León XIV subraya la necesidad de políticas inclusivas para los migrantes, reafirmando el compromiso de la Iglesia con los más vulnerables en su primer discurso.
Robert Francis Prevost, conocido como León XIV, es el primer Papa estadounidense con un enfoque claro hacia la inclusión de los migrantes. | Ilustración
El último 8 de mayo de 2025, Robert Francis Prevost fue elegido Papa, adoptando el nombre de León XIV. Este histórico nombramiento lo convierte en el primer Papa estadounidense de la Iglesia Católica. Su elección ha generado interés no solo por su nacionalidad, sino también por sus posturas claras sobre temas globales cruciales, especialmente la migración.
En su primer discurso como pontífice, León XIV destacó el compromiso de la Iglesia con los inmigrantes, un tema central en su labor pastoral.
Prevost, quien fue misionero en Perú por más de 30 años, ha vivido de cerca las realidades de la migración y el desplazamiento forzado, especialmente en América Latina. A lo largo de su trayectoria, mostró un firme apoyo hacia los derechos de los migrantes, denunciando las políticas que afectan a las personas más vulnerables.
En su intervención inicial como Papa, León XIV expresó que la Iglesia debe ser un refugio para aquellos que huyen de las guerras, la pobreza y las persecuciones, y aseguró que su misión será continuar la labor de su antecesor, el Papa Francisco, en este ámbito.
León XIV ha manifestado en múltiples ocasiones su preocupación por las condiciones que enfrentan los migrantes. Durante su trabajo en Perú, fue testigo de las difíciles situaciones que atraviesan los migrantes venezolanos y de otras nacionalidades, lo que lo llevó a abogar por políticas migratorias más inclusivas. Su elección como Papa se interpreta como una continuación del enfoque humanitario que caracterizó a su antecesor, quien defendió el derecho de los migrantes a encontrar una nueva vida lejos de las amenazas en sus países de origen.
Además, el Papa León XIV ha enfatizado la importancia de una respuesta global al desplazamiento forzado, no solo desde una perspectiva espiritual, sino también material. Como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, promovió iniciativas para garantizar la bienvenida de los migrantes en las comunidades católicas. Su postura, alineada con los valores de la Iglesia, continúa destacando la urgencia de una acogida digna para aquellos que se ven obligados a dejar sus hogares en busca de seguridad.