Un nuevo estudio en Estados Unidos señala que el consumo de cerveza está más relacionado a jóvenes con un estilo de vina menos saludable en comparación con el consumo de vino.
El consumo de cerveza y el de vino tienen una relación directa con los hábitos de vida de los estadounidenses. Foto: Ilustración.
La Asociación Americana para el Estudio de Enfermedades Hepáticas (AASLD, siglas en inglés) determinó que aquellos adultos que consumen cerveza en Estados Unidos tienden a tener hábitos de vida menos saludables que consumen vino. Conoce más en la siguiente nota.
El análisis, producto de una encuesta 1 900 adultos estadounidenses, subraya las disparidades en la calidad de la dieta, la actividad física y el consumo de tabaco entre estos grupos.
La investigación utilizó el Índice de Alimentación Saludable, una herramienta desarrollada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, siglas en inglés), que evalúa la calidad de la dieta de las personas con base en las pautas alimentarias Estados Unidos.
Ninguno de los grupos analizados alcanzó el puntaje ideal de 80 puntos, que equivale a una dieta equilibrada.
Por el contrario, los bebedores de cerveza obtuvieron un promedio de 49 puntos, la más baja de todo el análisis.
Estos datos sugieren una diferencia en la calidad de la dieta que puede estar relacionada con el tipo de bebidas que acompaña cada elección de alcohol.
Madeline Novack, autora principal del estudio y jefa de residentes del programa de medicina interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tulane, señaló que el contexto en el que se consume cada tipo de bebida podría influir en las elecciones alimenticias de los bebedores.
Novack explicó que mientras la cerveza suele ser relacionada a situaciones en las que se consumen alimentos procesados y ricos en carbohidratos, el vino se suele consumir con carnes magras y vegetales.
La diferencia en los contextos de consumo podría ser determinante en las variaciones de calidad de dieta entre los diferentes tipos de bebedores.
La AASLD también destacó las oposiciones entre el estilo de vida general entre los grupos de consumidores de alcohol.
Los bebedores de cerveza, en promedio, tienden a ser más jóvenes, tener menores ingresos y ser mayoritariamente hombres.
Este grupo también reportó una mayor prevalencia de tabaquismo y un menor nivel de actividad física, lo que se traduce en una ingesta diaria de calorías más elevada y un estilo de vida sedentario.
Además, estos factores podrían incrementar el riesgo de enfermedades hepáticas y otras afecciones relacionadas con el metabolismo y la salud cardiovascular.
Los bebedores de cerveza suelen tener menos acceso a alimentos saludables y menos oportunidades de actividad física, lo que se convierte en hábitos menos beneficiosos para la salud en general.
El tipo de alcohol consumido puede ser un indicador útil para orientar las recomendaciones sobre salud y estilo de vida, señaló Novack.
También sugiere que los médicos podrían utilizar esta información para aconsejar a los pacientes en función de sus hábitos de consumo.
El estudio de la AASLD destaca la importancia de considerar el tipo de bebida como un factor adicional en la evaluación del perfil de salud general.
En general, aquellos que consumen vino, suelen tener hábitos más relacionados hacia una vida saludable que quienes consumen cerveza.